Si además de surf del bueno, con picos solitarios y paisajes increibles, buscas la experiencia de viajar y convivir con otra cultura prueba un surfari a Marruecos. Es barato, está cerca y todo el que viaja allí a pegarse una sesiones viene encantado y con la idea de repetir.
Es el caso de Ben Carpentier, que ya lo visitó hace seis años y ahora vuelve con su familia para disfrutar de las derechas del “país del relax” y los contrastes naturales. La madre naturaleza les bendijo con unas derechas interminables que van a tardar en sacárselas de la cabeza. No se me ocurre un mejor ejemplo de vacaciones en familia.

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